Una cartera crediticia es un conjunto de documentos que amparan los activos financieros o las operaciones de financiamiento hacia un tercero. A través de esta cuenta, se generan los ingresos o utilidades para la institución mediante la Tasa Activa.
La Tasa Activa es el interés que cobra la institución por la colocación de préstamos y la Tasa Pasiva, es el interés que cancela el banco sobre la captación de depósitos a terceros, y a la diferencia que hay entre estas dos, recibe el nombre de Spread Bancario, que representa el margen de beneficio o utilidad de la institución financiera.
Una cartera crediticia normalmente se compone por distintos tipos de créditos; como los comerciales, las líneas de crédito de capital y los créditos hipotecarios.
Existen dos clasificaciones de las carteras de crédito:
- De acuerdo con la naturaleza de sus activos; la cartera pura que está compuesta por un mismo tipo de activo, p.ej.: acciones, y la cartera mixta, donde se encuentran diversidad de activos.
- Según el nivel de endeudamiento; la cartera de préstamo, donde existe inversión de dinero en un activo libre de riesgo, y la cartera de endeudamiento, donde no se invierte en el activo, o bien, se origina un apalancamiento con él.